Las autoridades rusas reportaron este sábado 31 de mayo el fallecimiento de al menos 304 civiles en la zona fronteriza de la provincia de Kursk a manos de los militares ucranianos, según informó durante una reunión del grupo de trabajo sobre desapariciones de residentes el gobernador interino de la región, Alexandr Jinshtéin.

Afirmaron además que aún se desconoce el paradero de otras 576 personas tras la incursión armada de las tropas ucranianas del pasado 6 de agosto de 2024.

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«Por desgracia, a medida que liberamos nuestras localidades los militares y los investigadores están hallando evidencias de crímenes bárbaros de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Hasta la fecha, se ha confirmado el hecho de la muerte de 304 civiles», escribió Jinshtéin en su canal de Telegram.

El gobernador interino agregó que la mayoría de los fallecidos ya han sido identificados. Entre los 576 desaparecidos la situación es aún más preocupante, ya que cuatro son menores de edad. Aseguraron que los trabajos para localizarlos continúan «incansablemente».

Hasta la fecha, las autoridades rusas han logrado localizar a 1.290 civiles de la región que se daban por desaparecidos. Asimismo, han determinado la ubicación aproximada de otros 421 residentes, incluyendo a aquellos que se encuentran en territorio ucraniano o que se niegan a abandonar las localidades liberadas.

La incursión de las tropas ucranianas en la provincia de Kursk, que inició el 6 de agosto de 2024, provocó el desplazamiento de más de 100.000 civiles, generando una situación de emergencia a nivel federal en Rusia.

La liberación total de esta región fue confirmada el pasado 26 de abril por el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov. Según sus datos, el Ejército ucraniano sufrió la pérdida de unos 76.000 militares entre muertos y heridos en esta región rusa.

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